El Tewerichic, también conocido como Comonorirawachi, combina la cosmovisión indígena con la tradición evangélica impuesta.
El pueblo rarámuri tiene una manera peculiar de celebrar la Semana Santa. Lejos de realizar representaciones de la Pasión de Cristo, los rarámuris festejan el Tewerichic, que se concentra en recordar el conflicto entre Dios y el diablo.
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La celebración de la Semana Santa en el país es de suma importancia, ya que la mayoría de los mexicanos se identifican con la fe católica. Sin embargo, al contar con una diversidad cultural tan amplia, esta festividad no sólo se celebra bajo la tradición judeocristiana.
El Tewerichic conjuga los preceptos de la cristiandad que se les impusieron y sus propias creencias ancestrales. Esta festividad anual, fortalece la idiosincrasia, el lenguaje y la cosmovisión indígena que día a día tiende a “occidentalizarse”.
Tewerichic, la Semana Santa de los rarámuri
Al periodo de la Semana Santa rarámuri se le llama Tewerichic, que significa “cuando caminamos en círculo”, ya que la mayor parte de la celebración transcurre dándole la vuelta a cada templo en procesión reverente y continua.
Estos días consisten en la realización de danzas, misas, rezos, ritos y plegarias que combinan la cosmovisión indígena de la comunidad rarámuri con las tradiciones cristianas que fueron impuestas por los españoles durante el periodo de conquista.
Durante estas celebraciones, el pueblo rarámuri se divide en dos bandos: los fariseos, que son aliados del diablo, y los capitanes y soldados, que están del lado de Dios.
El pueblo rarámuri se encarga de cuidar a Dios, ya que se encuentra debilitado luego de que el diablo lo obligó a beber grandes cantidades de tesgüino, una bebida alcohólica sagrada. De ahí el nombre de la celebración, ya que los participantes visitan alrededor de 30 templos dispersos en un territorio de 35 mil kilómetros cuadrados.
El significado de Semana Santa para los rarámuri
Esta celebración representa para el pueblo rarámuri la eterna confrontación entre el bien y el mal. Para ellos, Dios y su esposa son el Sol y la Luna, por lo que el Tewirichic se considera una tradición más pagana que católica.
El Tewirichic es también un periodo de reflexión sobre la relación de Dios con el pueblo rarámuri, para reconocer su bondad para con ellos y agradecerla.
Durante esta semana, el destino del mundo entero depende del pueblo rarámuri, pues, de fallar en su misión de proteger a Dios, el diablo lo destruirá, acabando a su vez con toda la humanidad.
El último día, el diablo desaparece quemado en una hoguera en la que participa todo el pueblo. Así desaparecen también los malos espíritus hasta el año próximo.